lunes, 22 de febrero de 2010

I borrowed your swings.

Bueno, hace como mil años no paso por aquí y créanme que he pensado en mi cosas que escribir pero el tiempo se me ha hecho corto entre las mil resoluciones y cosas que he ido decidiendo. Además de los deberes propios de la vida social, claro está. Pero antes que nada, quisiera pedirles que me pasen los links de sus blogs porque se me han borrado al cambiar el skin (se aceptan críticas del nuevo skin, me convence más el de PlayMe!)

Bien, dicho eso voy a lo que vienen ustedes, a leer algo que pueda entretenerlos un rato, una canción, o en el mejor de los casos algo en lo que pensar.

Creo que lo que acontece más en mi 'hoy' y que me anda llenando la cabeza es el hecho de que me tomaré medio año de la Universidad entre otras cosas, por motivos médicos (fui a la consulta hace unos días y literalmente me lo ha prohibido, él y su sindicato de aburriditos) y afortunadamente puedo adjudicarle ideología también.

Hace dos días hablé con mi mejor amigo del colegio, al que extraño demasiado y quedamos para vernos el hoy demasiado temprano. Hablamos bastante rato por teléfono puesto que gracias a su alejamiento esporádico de la tecnología habíamos perdido algo de contacto, afortunadamente es el tipo de persona al que saludo con un 'infame atroz' en vez de un '¿cómo te va?' y entiende que poco tiene que ver con la grosería o alguna otra cosa, sabe que es una queja porque en realidad lo he echado mucho de menos. Entre otras cosas me contó que en su horrenda universidad (así le digo yo, desde el 2005 le dije que se arrepentiría de estudiar esa carrera y sobretodo en esa Universidad, siempre he tenido un maravilloso concepto de su intelecto y ni su carrera ni aquella casa de estudios dan la talla para él) han cambiado el plan de estudios y lo han hecho retrasar, que está trabajando y es consultor en dos empresas grandes, que está ahorrando para algo (y yo le he exigido que me compre algo), que entrará a la Fuerza Aérea en dos meses, que ha subido de peso (gracias a todos los dioses), que ahora corre todas las mañanas (antes no corría ni media cuadra, conversábamos toda la clase de Deporte y nos poníamos a pelear) y que cree que yo acabaré con el mundo antes del 2012.

Eso, además de todos mis planes (quiero estudiar Fotografía, Diseño Digital, Historia del Arte, Cine, etcétera a la ene.), me hizo plantear mucho más lo que creemos que será el destino de nuestra vida. Incluso el hijo casi demostrado de Guille Milkyway me contó hace dos noches que estudiará un doctorado en Administración y un doctorado en Economía a pesar de que en realidad estudia Gastronomía. ¿Está todo tan dicho? ¿Nuestra vocación en verdad es lo que haremos en la vida? ¿O se puede tener más de una pasión? ¿Aplica esto a todas las áreas? Si al final las pasiones en lo que decidimos como futuro profesional pueden ser varias, significaría que nuestro amor y nuestra pasión puede ser equitativa y dirigida a más de un punto en específico; esto por tanto aplicaría a todo lo que lo tiene como mecanismo de acción, incluso las relaciones interpersonales.

Como en la física, los factores externos son los que generalmente producen cambios. Cuando elegimos nuestro futuro profesional, generalmente lo hacemos basados en nuestra imagen de lo que sería en cinco años, de lo que nos refleja como relevantes de aquí al tiempo que dure la carrera. Ahora bien, han escuchado de seguro que hay cosas que nos cambian la vida: instantes, miradas, segundos. ¿Quién realmente cree que no cambiaríamos en los próximos 730 días, 1825 días, o los días que dure nuestra carrera? Posiblemente si lo hemos elegido en plena adolescencia, sea mucho más cambiante. Creo que las pocas carreras que se hacen realmente de modo pasional y que duran más como una pasión, son las artísticas. Generalmente hay al menos un ápice de ello en cada uno y no todos lo desarrollan, sería bueno que al menos lo dieran como sub-curso alterno en las carreras para satisfacer las necesidades de emoción de uno. Por ejemplo, por mucho que ame la biología, no salto cuando veo una mitocondria del mismo modo que cuando escucho a Graham Coxon o no me emociono igual o más que cuando veo un libro con fotos de Steve McCurry.

Si se supone que en esa época nuestros deseos eran menos errados mejor intentar recordar los de cuando aún no estábamos llenos de tanta influencia externa. Suerte con eso.

Tras la larguísima plática con este chico que adoro/odio demasiado, llegué a la conclusión de que simplemente el cambiar es algo tan natural y tan imprescindible como ingresar oxígeno y liberar CO2. No creo que algo sea lo suficientemente especial como para simplemente aislar nuestros sentidos del mundo (a menos que ese algo sea Graham Coxon, claro está), es más bien como si hubiesen mil cosas que notar esperando que no tengamos la mente tan cerrada a ello. Supongo que es una mejor manera de lidiar con aquello de que por más que querramos algo como eterno no sucederá, además es una buena forma de verlo, da cierta variedad y colorido a la situación. Lo hace 'fierce', como diría Christian Siriano; aunque claro, el cambiar el rumbo que decidimos tan estrictamente para nuestra vida siempre nos dejará pensando en quedarnos muy unidos a aquello que conocemos y que hacemos, sólo porque es algo nuestro hoy.



miércoles, 3 de febrero de 2010

Starting a Cult.

Han oido hablar por aquí o por PlayMe de Michell, al que amo infinito y que es un gran gran amigo mío. Pues les cuento que me encanta como escribe, y en vez de hacerse (finalmente) un Feisbuc se ha hecho un blog.

Les dejo la dirección que es totalmente recomendable. A mi me encanta cómo escribe y los temas de los que escribe. Lo amarán. POP!


http://startingacult.blogspot.com/