viernes, 1 de enero de 2010

On/Off.

Como diría Annie Lenox, "Everybody is Looking for Something". Todos lo hacemos, y todos alguna vez lo hemos hecho del modo más estúpido que existe. ¿Pero qué pasa cuando no somos nosotros, si no alguien más el que está buscando algo y nos cansamos de esperar a que se de cuenta de las consecuencias de esto? ¿Ser incondicional implica ser un receptor pasivo de los trastos rotos de quien se encuentra confundido o en cambios eternos de on/off?

Hay cambios constantes en nosotros, pero la esencia se mantiene pues es la marca personal de cada cual. Quizá sea eso lo que hace que algunas veces soportemos las cosas mucho más de lo que normalmente lo haríamos por el simple hecho de considerar que no somos niñeras, pacientes, guardianes o la metáfora que encaje. Si bien esperamos muchas veces cosas de la gente por esa esencia que creemos conocer, hay límites que por mucho que uno extienda se terminan por romper. Exageración o no, a veces logramos idealizar a las personas que por equis o ye motivos se escuentran en nuestras vidas y con las que hemos compartido algo, pero si aquel balance de respeto (y no sólo ese de no insultar, golpear o humillar; si no ese de respetar el hecho de que no poseemos un switch para manejar según nuestra conveniencia) se quiebra se llega a la pregunta eterna de si es valedero el pasarlo por alto. ¿Y si no es la primera vez? ¿Qué pasa si es la enésima vez y sabemos que se repetirá? ¿Vale acaso la pena seguir cediendo a pesar de aquella voz que grita por su dignidad perdida en un juego sin reglas en el que sólo te atienes a las consecuencias?

No. No lo vale. Aquí hay varios caminos a seguir, entre los que resaltan tres. El primero es seguir así esperando que la otra persona recupere la cordura y aprenda que no sólo importa su santa voluntad: la segunda es largarse de una vez por toda y hacer algo más provechoso que esperar un milagro que ni siquiera se avecina; y la tercera sería quedarse, pero bajo la peor de las condiciones existentes en una relación interpersonal, la indiferencia.

No hablo necesariamente de relaciones de pareja, simplemente una relación interpersonal cualquiera.

Si decidimos no ser extremistas y nos vamos al punto medio, es difícil que el dueño del on/off lo note, pero eventualmente uno terminará por cansarse de que crea que tiene el control. La indiferencia surge cuando mr/mrs. switch lo apaga y te termina dando igual, porque dices ¿para qué preocuparme de otro arranque si sea lo que sea terminará haciendo lo que le venga en gana sin importarle alguna otra cosa? Y no, no digo que uno no deba hacer lo que quiere, pero vamos, difícilmente no notamos que como en todo lo que nos acontece, nuestras acciones tienen una reacción de parte de el resto y es porque les afecta por igual. Tal vez si seguimos con ese juego la gente que vale a nuestro alrededor se canse y nos deje en nuestro abismo de confusión (que para mi es eso lo que inspira semejante actitud), tal vez nuestro Karma no nos deje en paz por haber llegado a tal grado de narcisismo, o simplemente no lo notemos por no tener suficiente materia gris; pero sea cual sea el caso nadie puede acercarse demasiado a la gente con ese tipo de actitud, las relaciones son imposibles de formar y las ya formadas se van degradando a tal punto que el considerar un tipo de vínculo se hace nulo.

Hay personas como yo, que no confiamos mucho en la gente. Tal vez por herencia, miedo, egoísmo, reserva, o cual fuere la razón. Y hay gente que posiblemente nos pida que confiemos en ella, que si son parte de nuestra vida podemos confiar en ellas. ¿Y si es una persona on/off? Quizá nos preocupamos por su bienestar y no les decimos pues esperamos un milagro (miren nada más dónde se vuelve positivista uno) o resolución de su parte, ¿siendo un on/off nos ofenderemos ante esto? Si no lo notamos, tal vez. Pero en realidad, no creo que alguien con un mínimo de cordura pueda confiar plenamente en un on/off pues es impredecible cuándo se alejará o cuándo tendrá un arranque; está en su derecho de tener su espacio como todo mundo, pero más allá de eso hay razones extra por las cuales uno a vez deja esos aislamientos de lado. Entonces surge la pregunta de rigor, si uno termina por confiar en un on/off ¿qué tanto puede apoyar su vida en esa persona? ¿qué tanto puede depender (no del modo maniaco) del hecho de poder acostumbrarse a no cargar con sus cosas si no se sabe cuándo el otro ente decida que el día X es off? Personalmente, no creo que se pueda confiar mucho en esos casos. "Confiar", aunque no lo parezca, es una palabra fuerte; es de cierto modo poner al cuidado de otro alguien algo personal, según la RAE es "depositar en alguien, sin más seguridad que la buena fe y la opinión que de él se tiene, la hacienda, el secreto o cualquier otra cosa". ¿Confiarnos nosotros y nuestra poca o mucha vulnerabilidad a alguien con esos antecedentes? Independientemente de si es una buena o mala persona, la respuesta que encuentro más lógica es un "no", si a veces apenas confiamos en nuestra buena voluntad y la capacidad de no sabotearnos, difícilmente en alguien así.

Siendo radical o no en estas opiniones, no dejo de creer que eventualmente eso recae en un quiebre total o parcial de lo que se tiene. Y con toda la buena voluntad que puedo reunir para los on/off del mundo, les deseo que no caigan en la mediocridad (que es casi siempre el camino off: fácil y superficial) y que si quiebran algo no sea de modo definitivo, después de todo algunos son bastante apreciadillos supongo. Aunque como todo, las marcas quedan.



Y para los ñoños que lo relacionen con algo más romantiquillo, aquí algo de los niños indie-pop, lo-fi, folk de "Elephant Parade". Esta es media (más que media) ñoña pero, tienen un sonido muy bueno.



Las demás cosas prometidas, luego, que no estoy tan cerca de mi base fundamental de música como para ponérselos. Ahora voy tarde, así que escuchen 7" y juegen Jenga.

4 comentarios:

Rockero Ecléctico dijo...

Lejos el camino mas sano es el segundo
Pero es el que mas me cuesta...

Gracias por votar, se puede mas de una
vez

Unkind. dijo...

Creo que a todos, pero supongo que cuando surge finalmente es por mera inercia. Ya sin darte cuenta te da igual y todo.

Votaré de nuevo.

Un saludo indie pop.

Anonimo dijo...

De igual manera lejos es la segunda opcion la mejor desición que uno debiera tomar, pero solo en teoria no?..

ñoño... jaja que palabra esa, tiempo sin escucharla ni leerla

leere con mas calma otra vez porque mis ojos se cierran solos, siendo dia viernes ¬¬

Unkind. dijo...

En teoría hay muchas cosas, pero en práctica son como mega más difíciles. Igual como que hay mil millones de factores que ni en tres eones se podrían terminar de descifrar matemáticamente.

La palabra "ñoño" es lo más.

Eso viene con la edad o el aburrimiento, igual podrías dar saltitos con Bloc Party.

Saludos con "Hunting For Witches".

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